miércoles, 23 de marzo de 2011

La animación mexicana puede avanzar

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

Les informamos que desde hoy 23 de marzo de 2011, México cuenta con la ANPAEM (Asociación Nacional de Productores de Animación, Efectos Visuales y Medios Interactivos). Esta asociación fue creada gracias a la unión de los principales estudios mexicanos que en estos momentos están produciendo animación: Animex, Ánima Estudios, Huevo Cartoon, así como de Metacube, FX Shop, entre otros. La idea de la asociación es generar más producciones animadas, tanto para televisión y cine, y así competir con la industria internacional.

Nosotros sólo les dejamos la noticia, lo que sí podemos decir es que esperamos que algo bueno salgo de esto, pues la idea, así como se plantea, parece ser muy semejante a la manejada hace algún tiempo por algunos organismos del gobierno y que nunca llegó a concretarse.

Y como en este tema nos interesa su opinión… ¡Anímense a opinar!

viernes, 18 de marzo de 2011

¡A preparar palomitas!

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

Después de aburrirnos horriblemente con la cinta animada “Rango” (no lleven a sus hijos a perder el tiempo), decidimos ver en nuestro hogar un poco de animación que valiera más la pena. Y como el sabor de boca era muy amargo, nos inclinamos por recordar las series animadas con las que crecimos. Así que ahora les compartimos algunas de los personajes, entonces sí de papel, que nos hicieron pasar horas frente al televisor.

  • Don Gato y su Pandilla (Top Cat, Hanna-Barbera, 1961-1962). Serie que lamentablemente muy pronto un estudio mexicano puede destrozar al realizar un largometraje en 3D, el cual, esperamos equivocarnos, carecerá de la calidad de la serie original.

Con sólo 30 episodios, el astuto Don Gato y su pandilla conformada por Cucho (a quien el excelente doblaje mexicano le otorgó una característica especial), Demóstenes, Panza, Espanto y el tierno Benito, causaban problemas al pobre de Matute. La mayoría de los episodios se desarrollaba en el callejón donde habitaba el grupo de gatos, pero era interesante ver a los felinos bailando y conquistando frívolas damiselas del espectáculo, enfrentando gangsters, siendo guías de turistas para despistados visitantes, marajás excéntricos, jockeys, niñeras y hasta ladrones de museos.

Con una animación económica, escenarios sencillos, pero historias atractivas, Don Gato nos conquistaba cada tarde cuando era transmitido por el Canal 5 de la televisión mexicana.

Con los años, y a pesar de que los espectadores veíamos una y otra vez los episodios (que ya nos sabíamos de memoria), Don Gato y su pandilla se convirtió en un clásico de la animación.

  • Belle y Sebastian (Meiken Jolie, dirigida por Tatsuo Hayakawa, 1981). Narra las aventuras de Sebastian al conocer a un Gigante de los Pirineos a quien bautiza con el nombre de Belle. El animal es perseguido por la justicia debido a una serie de actos poco favorables que se le imputan. Sebastian se encariña con Belle, el “Demonio blanco” como lo llama el inspector García, y junto a su diminuto perro Poochie, emprenderán un viaje para protegerlo de sus agresores y encontrar a la madre del niño.

Esta serie se basó en la novela homónima escrita por Anne-Marie Bernard (cuyo nombre artístico era Cècile Aubry, a quien recordarán por su participación en varias cintas). La autora y actriz fue la creadora del guión de Belle et Sèbastian para la realización de una serie televisiva protagonizada por su hijo Mehdi El Glaouni. Posteriormente los japoneses decidieron animar la historia.

  • Las aventuras de Tom Sawyer (Tomu Soya no boken, Hiroshi Saito, 1980). Basada en la novela homónima del escritor Mark Twain (que todos deberíamos leer), publicada en 1876, muestra a un pequeño pueblo a las orillas del río Misisipi donde Tom, y su inseparable amigo Huckleberry Finn, se meten en serios líos que los llevan a acusar a Joe, el indio, de un asesinato. Tom, un niño inquieto, audaz, temerario, que odia la escuela y ama vivir aventuras, era en los 80 el personaje animado que rompía con los estereotipos de niños sumisos, bondadosos y obedientes.

Tom Sawyer, su hermano Sid, Huck, Becky, Ben y sus inseparables amigos, mostraban a los niños de aquellos años que la vida también podía vivirse y disfrutarse fuera de las reglas establecidas por los adultos.

  • La Princesa Caballero (Ribbon non Kishi, Osamu Tesuka, 1967). Con 52 episodios animados y basada en un comic del mismo Tesuka, la Princesa Caballero cautivó a muchos niños de la época. La animación presentaba a Zafiro, una niña a quien su padre hacía pasar por niño para gobernara las tierras del reino de Valle Plateado. Aunque al crecer se enamora de Frans, el príncipe de Valle Dorado, con quien enfrenta, junto a su corcel Ópalo, a los nobles malvados.

La importancia de esta serie es que fue el primer animé pensado para niñas, tradición que después siguieron: Gigi, Sandy Bell, La dulce niña Candy… entre otras.

  • El Hombre Par (Paa-man, producido por Studio Zero, 1967-1968). De quien quizá sólo se acuerden los más viejos. Con 54 episodios narra las aventuras de Mitsuo, un pequeño niño, a quien le es entregado un robot, copia fiel de él, para que lo suplante, ya que junto con sus amigos (entre ellos Bobby, un simio intrépido), son designados para defender la ciudad de las fuerzas malignas. Al grupo de niños se les entrega un kit con capa y toda la cosa para que puedan volar y fungir como unos verdaderos súper héroes. Pero el Paa-man, robot de Mitsuo, deberá hacer un sin número de tareas domésticas de las cuales se pretende deshacer su amo, aunque sólo le fue asignado para suplantarlo en momentos de lucha.
  • Remi (Rittai anime ie naki ko Remi, Osamu Dezaki, 1977). Basado en la obra literaria de Hector Malot, Sin Familia, publicada en 1878. La historia nos habla del pequeño Remi, adoptado por la señora Barberien, quien después es vendido por el esposo de ésta a un músico ambulante, Vitallis. Remi, alejado de su madre, vive una vida entre las calles, los pequeños pueblos y ese extraño hombre recio que parece no doblegarse ante nada. Pero Remi descubre un mundo maravilloso al lado de sus amigos Capi, Servino, Dulce y el travieso Corazón Alegre. Al fallecer el señor Vitallis, Remi se enfrentará al mundo solo hasta que logra encontrar a su verdadera madre.

51 episodios totalmente lacrimógenos, nos hicieron sufrir en aquellos años con las desventuras de un bello niño. Para ser sinceros, la animación mostraba todos los días una tragedia nueva que nos hacía desear al día siguiente el próximo episodio. Al menos eso era uno de los elementos favorables que las series tradicionales japonesas manejaban.

  • Heidi (Arupuso non shojo haiji, Atsuji Hayakawa, 1974). La serie tenía 52 episodios y se basaba en el libro infantil de la escritora sueca Johanna Spyri, publicado en 1880. Originalmente la autora escribió dos novelas: Heidi y De nuevo Heidi, pero en 1885 la editorial decidió unirlas y reeditar la obra como una sola novela. La primera de ellas habla de la historia de Adelaida (nombre verdadero de Heidi), quien es llevada a Dorfli, cerca de los Alpes, a vivir con su abuelo. Ahí conoce a Pedro, un niño pastor y su familia. En la segunda novela, Heidi se convierte en dama de compañía de una niña inválida, Clara.

La serie animada involucra las dos novelas y nos muestra una tierna y noble Heidi quien tiene que lidiar con las locuras de su tía, pero que al final descubre la vida en el campo apegada a la naturaleza.

Estas son sólo algunas de las series, pues fueron tantas las que nos llenaron de recuerdos que faltaría espacio para hablar de ellas. Lo destacable de las series japonesas que mencionamos, es que la mayoría de ellas estaban basadas en obras literarias, por lo que rescataban historias que se podían encontrar en los libros y con ello, probablemente, motivar a algún televidente a leer las obras originales de escritores importantes en la literatura universal. Después vinieron otro tipo de series que dejaron a un lado sus bases de la letra escrita y se inclinaron por aspectos mercadológicos, que aun así fueron un éxito.

Los invitamos, en primer lugar a recordar las series y en segundo, a sumergirse en los libros que les dieron vida. Y como nos interesa su punto de vista (los recuerdos a veces son buenos)… ¡Anímense a opinar!

miércoles, 2 de marzo de 2011

Ahora sí... ¡El Ariel es para!

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

Después de ver la ceremonia del Oscar y de ganar el largometraje que ya sabíamos sería el triunfador (“Toy Story 3”), esperamos que la entrega de los Arieles, sea tan esperada como la estadounidense.

En un breve artículo anterior, les decíamos que la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas había reabierto las fechas para inscripciones en sus diversas categorías. Ahora cerrada la nueva oportunidad, vemos que no hubo variante en lo que compete a la animación. Dentro de largometraje animado, la competencia parece ser complicada pues “Brijes 3D”, de Benito Fernández, en la única producción inscrita. En cuanto a cortos animados, al menos son 6 las realizaciones seleccionadas para contender.

Los cortometrajes son:

- “El sueño de Galileo”, dirigido por Mariana Miranda, producido por IMCINE y con música de Lino Nava. El protagonista de la historia es Galileo, quien rememora su infancia y la manera en que su mundo sirvió para acercarse a sus ideas, por las cuales la humanidad lo recordará.

- “Desierto”, dirigido por Christian Rivera y producido por el Centro de Capacitación Cinematográfica, Christian Rivera y Francisco X. Rivera. En 15 minutos la historia se desarrolla en un desierto, en el cual un joven novio busca a su pareja. Las técnicas empleadas son en stop motion y animación por computadora.

El cortometraje está basado en un cuento de Michael Ende.

- “Moyana”, de Emilio González y producido por IMCINE. En 10 minutos se muestra al espectador la colorida historia, de trazos muy acordes a la animación televisiva actual, de Juanelo, quien al sufrir de una falla eléctrica en su casa, deberá dejar a un lado su amor por la televisión y hacer uso de la imaginación para crear sus propias aventuras.

- “Luna”, de Raúl Cárdenas y Rafael Cárdenas. Producido por IMCINE en animación 3D. Desarrollada en un escenario sombrío, la historia muestra a un grupo de seres extraños que deambulan por la noche, hasta que uno de ellos descubre la belleza de la Luna.

- “Martyris”, dirigido por Luis Felipe Hernández y producido por IMCINE. Animación en stop motion realizada de forma rudimentaria y casera con una cámara digital, presenta una visión funesta de un personaje que decide huir de la iglesia en la que se encuentra. En su camino, conocerá a algunos mártires con inclinaciones suicidas y algo pesimistas.

- “Xochimilco 1914”, producción de Rubén Ímaz y Colectivo Viumasters. Sin error a equivocarnos el cortometraje más propositivo y con una interesante y creativa propuesta gráfica. En casi 5 minutos, el espectador podrá ver una animación inspirada en la conversación entre Pacho Villa y Emiliano Zapata, llevada a cabo el 4 de diciembre de 1914 en Xochimilco.

El cortometraje fue realizado gracias al Apoyo de Productores Independientes de Canal 22.

Estas son las 6 producciones de cortometraje nominadas para el Ariel este año. La realización que se lleve el Ariel, nos mostrará la tendencia de la Academia, más aun cuando la mayoría de los cortos son producidos por el IMCINE. No estaría mal que: los votos emitidos no den un veredicto que favorezca a determinados círculos (como sucede en muchos eventos, al menos referentes a la animación), sino que demuestre una independencia que ayude a darle al Ariel la importancia que debería tener entre el público y la industria cinematográfica; y se comience a mostrar que en México se hace animación de calidad en cortometrajes, dejando de lado los formatos más usados y visualizando a la animación como una herramienta dispuesta a ser explotada por mentes creativas.

Y como nos gustaría saber su opinión sobre el único largometraje nominado y los cortometrajes a disputarse la estatuilla mexicana… ¡Anímense a opinar!