lunes, 21 de diciembre de 2009

Nikté: Un sueño... que nos dio sueño

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

Después de varios meses de espera y expectación, por fin acudimos a nuestra “sala cinematográfica preferida” a ver el nuevo largometraje animado nacional y segundo de Ricardo Arnaiz: “Nikté”. Se había dicho de todo sobre esta película incluso antes de que se estrenara: que si es mala, que si es buena, que si por fin pondría en alto el nombre de la animación mexicana… en fin, de todo. Nosotros, que nos abstuvimos de opinar sobre la calidad de la cinta porque simple y sencillamente no la habíamos visto, acudimos al cine con la mente abierta y los ojos y oídos listos.

Y, para variar, después de 20 tortuosos minutos de “previos” a la película (a los genios de cierta cadena de cines ahora se les ocurrió combinar anuncios con trailers cinematográficos), por fin la cinta dio inicio. Desde los primeros minutos, nos dimos cuenta de algo innegable: la calidad de la animación ha mejorado muchísimo desde “La leyenda de la Nahuala”. Los movimientos de los personajes son menos mecánicos, más naturales y fluidos; la animación se siente más armónica, en esta ocasión (al menos a primera vista, después habrá que verla con detenimiento) no hay objetos que aparecen y desaparecen de pronto (como en la cinta anterior); los personajes flotan menos y hay una mejor integración de los actores animados con los fondos.

Con respecto a los escenarios, al igual que en “la Nahuala”, cuentan con una buena calidad. Aquellos en los que se reproduce el ambiente selvático (donde se lleva a cabo la mayoría de las escenas) llaman la atención por su belleza y precisión. Cada árbol está diseñado y dibujado con sentido artístico y realismo.

De ahí que los fondos resalten más que los personajes, pues éstos físicamente carecen de fuerza. En una película animada, lo ideal es que, desde su apariencia, el personaje cause una impresión tal en el espectador, que éste sepa de inmediato cómo es la personalidad y tono del personaje. En “Nikté”, este aspecto no está del todo cuidado. Si bien es cierto que los personajes siguen respetando el estilo inconfundible de Ricardo Arnaiz (lo cual es muy plausible), su apariencia no ayuda a que los espectadores desarrollen algún grado de identificación con ellos o se “conecten” emocionalmente y los amen o los odien.

Un ejemplo de lo anterior lo tenemos con el antagonista, K’as: a pesar de que su apariencia física nos avisa que se trata del “malo” de la historia, no hay en su diseño visual un concepto firme que provoque ninguna reacción especial en los espectadores. Es el malo y ya, pero difícilmente será un villano memorable. Lo mismo sucede con Tanké: aunque se trata de un príncipe galán, valiente y atleta exitoso en el juego de pelota, su apariencia física no concuerda con tales rasgos. Sabemos que es el protagonista porque el relato nos lo dice, pero su imagen no pasa de ser la de un simple niño bueno.

En pocas palabras la apariencia física muestra una falta de personalidad, pues no dice mucho de los personajes en sí. Son tan poco impactantes que difícilmente quedarán grabados en la memoria del espectador, sobre todo si tomamos en cuenta que la cinta está dirigida al público infantil para quien la identificación debe ser inmediata.

Pero no sólo el aspecto visual de los personajes presenta deficiencias: su propia personalidad es, para una película de dibujos animados, muy pobre. No hay fuerza en el aspecto psicológico de cada uno de ellos, tal pareciera que cada personaje fue construido sin ser dotado de una vida antes y después, elementos indispensables para la construcción de personajes completos. Por ejemplo, dudamos que alguna niña quiera ser la princesa Nikté, pues la personalidad de ésta es tan débil que no dice nada. Ni en su pose de niña vanidosa e inconforme ni en la de heroína de su pueblo despierta una identificación sólida.

Christopher Vogler menciona que para construir un personaje sólido, el escritor (en este caso guionista) debe responder a dos preguntas:

1. ¿Cuál es la función psicológica o el aspecto de la personalidad que representa?

2. ¿Cuál es su función dramática en la historia?

Algo que no toman en cuenta los guionistas de la animación nacional.

En cuanto a las voces hay varias cosas que comentar, pues también forman parte del aspecto psicológico de los personajes y pueden ser útiles para darle un poco más de fortaleza a un actor animado mal construido o, por el contrario, hacer que un buen personaje decaiga. En este caso, también la sincronización de voces (no es doblaje, pues no se está traduciendo de otro idioma) deja mucho qué desear. La actriz que le presta voz a Nikté (Sherlyn) es plana y sin matices: casi no hay manejo de la voz, a pesar de que el personaje se enfrenta a diversas situaciones. Hubiéramos preferido, como espectadores, que la actriz que dio vida a Dorotea en “La Nahuala”, se hubiera hecho cargo de esta voz, pues su trabajo mostró más presencia y apropiación del personaje.

Algo similar sucede con los demás personajes: el elenco (conformado por algunos excelentes actores) está muy desaprovechado, y esto se debe, seguramente, a la dirección. Eduardo Manzano, por ejemplo (de quien no tenemos ninguna duda de su talento), sigue hablando como el “Wash and wear”, a pesar de que el “Show de los Polivoces” terminó hace más de treinta años. Pedro Armendáriz no está acostumbrado a hacerla de malvado, por lo que su voz se escucha sin la entonación necesaria para imprimir una personalidad adecuada a K’as. Jorge Arvizu, como siempre, lleva a cabo su actuación de manera impecable, pero aparece muy poco. No es posible desaprovechar a alguien de su experiencia en el doblaje de esa manera. Mención aparte merece Alex Lora, quien, con su actuación vocal, hace del Chamán Chaneke un excelente personaje que llama la atención del espectador y le provoca risas cada vez que interviene.

En cuanto a la música, es lamentable que se haya perdido la calidad lograda en “La leyenda de la Nahuala”. En “Nikté” la música (tanto objetiva como subjetiva) no acompaña adecuadamente las acciones y ambientes, ya que hay una mezcla injustificada de estilos y géneros musicales. Por otro lado, las canciones melosas y cursis (recurso ya poco usado en la animación) llegan a ser un fastidio.

Por último, lo que debe ser primordial en toda película: la historia. En “Nikté”, ésta tiene notables inconsistencias: el uso de relatos secundarios o paralelos sirven para conformar un todo e integrarlo a la historia central. En este caso, el relato secundario no está de ninguna manera ligado con el central, es más, si aquel no estuviera no posaría nada, pues al final de cuentas Nikté alcanzaría su objetivo con el uso de otros elementos. Esto trae como consecuencia el empleo de personajes innecesarios, cuya presencia se podría suprimir sin alterar el relato.

La historia es muy floja, predecible, el manejo de los elementos del relato no tiene equilibrio y no se mantiene al público con la expectativa de lo que se sucederá, lo que ocasiona que la película se sienta demasiado larga. Algunos de los diálogos y escenas parecían estar forzadas o ser usadas como relleno. Podríamos quitar algunas de éstas y no se alteraría la historia. Y a un relato no lo rescatan gags escatológicos o albures (el nombre del guajolote, por ejemplo), que nada tienen que ver con la narración (elementos que, por cierto, Animex no acostumbraba a usar).

Aún falta mucho para saber contar una buena historia.

En fin, “Nikté” ofrece avances en el aspecto técnico, pero retrocesos en otros. Se aplaude el esfuerzo de rescatar elementos de nuestra cultura en una producción animada, pero falta más trabajo para hacer productos exportables y que no sólo lleven a once personas a una sala de cine (como nos pasó a nosotros, donde sólo cuatro eran niños y eso que nos encontrábamos en un centro comercial muy visitado).

Por el momento es todo. Hasta la próxima y… ¡Anímense a opinar!


miércoles, 16 de diciembre de 2009

Haini, ánima quechua en tierras jaliscienses

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos) / Imágenes cortesía de Tonatiuh Moreno

“Ser animador
es como ser ilusionista y cuentacuentos”,
Tonatiuh Moreno.


Todo animador tiene, como deseo primordial, crear. Dar vida a algo. Otorgar Alma (Ánima) a diversos seres para que se muevan y tengan una personalidad que atrape a uno o varios espectadores. La mayoría de los involucrados en la animación sueñan con ver que sus creaciones hablen, se muevan, caminen, sientan… cuenten una buena historia.
En el 2003, los deseos de Tonatiuh Moreno por “darle vida a algo” se hicieron realidad, pues junto con Ruy Fernando Estrada fundó el estudio Haini en Guadalajara, después de concluir el piloto “Tortas y Lagartos”, realizado con el apoyo de IMAGIA, de la serie “La Ciudad de los demás”. Un año más tarde pariciparon en el concurso “Un día sin agua”, organizado por Canal 11, el cual ganaron. El corto entonces presentado muestra un sencillo y poco atractivo diseño de personajes, con una notable influencia de los comics, pero con una historia interesante capaz de atrapar la atención del espectador.
El estudio que se dedica a la elaboración de storyboards, guiones, comics, diseño de personajes y desde luego animación 2D, se ha mantenido hasta la fecha, con un esfuerzo constante. Respecto a qué tan sencillo o complicado ha sido mantener el estudio en Guadalajara, que podría ser considerado el centro productor de animación en México, Tonatiuh Moreno señala: “Es cierto que hay iniciativas de gobierno y de ciertas cámaras industriales, pero me parece que están enfocando las cosas incorrectamente: se preocupan primero por la tecnología, luego por el entretenimiento y hasta el final por las historias que quieren contar. Además, me parece que no se han interesado por apoyar a los proyectos existentes, sino en crear su propia fuerza de trabajo.” Este hecho ha llevado al estudio a sobrevivir durante estos años no con un crecimiento significativo (tanto en recursos como en producciones), sino con la intención de producir historias atractivas, con significado y propuestas sociales. “Nosotros vemos a la animación como una técnica fascinante para construir significados”, argumenta Tonatiuh, quien no está interesado en dar vida a extrañas producciones subjetivas poco comprendidas, ni a animaciones sin valor. Pero para llegar a ello, el animador reconoce que aún hay un largo camino que tienen que andar.
Aunque en este año, Haini participó, por la invitación del grupo EsComic, en el largometraje de Animex 2D, “Nikté”. El trabajo realizado fue lo equivalente a 10 minutos de animación para algunas de las escenas en las que aparecen Kan y Kun, la familia de Nikté al ser atacada por Tah Nohoch, Kike Garytl, la princesa Olmeca… entre otras. Esta labor significó para Haini una experiencia muy intensa, pues sus miembros aprendieron no sólo sobre la técnica y el oficio del animador, sino sobre el proceso para la realización de un largometraje.
Pero antes de entrar de lleno a maquilar para Animex 2D, Haini realizó un cortometraje que llamó notablemente nuestra atención: “El relato de Sam Brennan”, financiado por IMCINE. La idea de crear esta producción surgió a partir de una canción de la soprano Mary Camarena: “Platiqué con ella sobre la posibilidad de hacer un guión a partir de esa canción. En el guión integré mis propias experiencias e ideas sobre el asunto de la independencia familiar”, argumenta Moreno. Y a pesar de que la idea surgió a partir de una canción, se volvió a componer la música, siendo siempre fiel a la canción original. En un principio se tenía pensado hacer una versión en inglés y otra en español, pero por cuestiones de recursos no se pudo lograr.
La elaboración del corto llevó un año y fue inspirado en el arte conceptual del video juego creado por Shigeru Miyamoto, “The Legend of Zelda: The Wind Waker” y con una historia influenciada por la escritora estadounidense, Ursula K. Le Guin. El guión, la Dirección, el Storyboard y parte de la animación estuvieron a cargo de Tonatiuh Moreno, la Dirección de Arte, bajo la batuta de Ruy E. Estrada, la Producción de Karla Uribe y en la Música destacan la soprano Mary Camarena, quien también es co-compositora junto con Saúl Ledesma, encargado de guitarra, y las voces de Javier Lacroix, Eric Ruiz y L. Ignacio González.
El cortometraje que se ha proyectado en diversos festivales (Festival de Cine Para Niños, Festival de Cine de Morelia, Tour de Cine Francés, Festival One Reel, en Seatle, Festival de Cine para Niños de Chicago y en el Short Film Corner, en Cannes), muestra una animación tradicional, con un coloreado realizado a partir de papel reciclado, elementos que se integraron digitalmente utilizando Toon Boom Studio. El resultado: una producción interesante, propositiva, con animación de calidad, y una banda sonora de notable belleza y marcada por grandes talentos.
Sam Brennan es un niño hijo de un cantinero, quien trabaja en el negocio familiar sirviendo bebidas, fregando pisos y ayudando donde las manos se necesitan. Pero un día el capitán de un barco lleva consigo un cofre que resguarda el canto de las ballenas. Sam lo escucha, la mar le llama: imagina lugares lejanos, tierras moviéndose sobre el caparazón de una tortuga, animales extraños y un mundo colorido perdiéndose en algún lugar. Esa misma noche roba el dinero de su padre y algunos alimentos, pero éste lo descubre. Sam se encamina cabizbajo rumbo a la puerta y su padre le tiende la bolsa que antes robara. Alegre corre hacia el barco donde los marineros y las aventuras aguardan. Ahí, al igual que con su padre, ofrece sus fuerzas en las labores que lo requieran: su ropa es diferente, su aspecto ya no es el mismo. Y después de ardua labor sube al mástil y encuentra el pequeño cofre del capitán, pero ahora la mar está frente a él con sus múltiples voces y el canto de la ballena abriéndose paso en ese espacio que siempre llamó a Sam a surcar sus aguas.
La animación es de notable calidad, el diseño de personajes pareciera tener cierta influencia del animé (sobre todo de producciones de los 70 y 80), el manejo que se hace del coloreado otorga a la producción dinamismo y una propuesta interesante. Las escenas donde Sam imagina ese mar lejano, llenas de color y fantasía, despiertan la imaginación de cualquiera. Pero lo que destaca notablemente es la excelente banda sonora: la canción invita al espectador ya no sólo a prestar atención a aquello que las imágenes narran, sino a la historia que ofrece la canción misma. Las voces son sorprendentes y la música creada por los violines, las percusiones y la gaita gallega ambientan la historia de tal manera que quizá muchos quisieran navegar al lado de Sam.
“El relato de Sam Brennan” es un cortometraje de calidad, que algunos deberían procurar ver, lo único que puede no gustar al espectador es que el corto pareciera el principio de algo más, ya que el final es muy rápido y poco esperado. Mientras el planteamiento y el desarrollo tienen su debido tiempo, el final se nota apresurado. Y aunque siempre fue pensado como un cortometraje, la historia se antoja para ser concebida para un largometraje. Cuando vimos el corto, pensamos en él como el inicio de algo más extenso, y en verdad nos quedamos con ganas de ver algo más, pues la historia se presta para ser explotada de muchas maneras: es una lástima que sólo se quede en un corto.
Por el momento, Haini está trabajando en otra producción en corto, sólo que ahora de comedia y acción, llamado “Fausto, el mago extremo”, animación calificada por sus creadores como divertida y emocionante. Esperamos que Haini siga ofreciendo seres imaginarios tan interesantes como los protagonistas de “El relato de Sam Brennan” y que éste no se quede sólo en un cortometraje.
Si pueden visitar la página del estudio para que vean algo de su trabajo es http://www.haini.com.mx
Por cierto, “Haini” significa “Ánima” (“Alma”) en quechua.
Por lo pronto, es todo. Hasta la vista y… ¡Anímense a opinar!

martes, 1 de diciembre de 2009

Nikté... ¿la lucha por un sueño?

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

En un par de semanas se podrá ver en más de 500 salas el siguiente largometraje del estudio Animex 2D, con una distribución de Universal: Nikté. El cual no hablará de la princesa nacida en Mayapán (Sac-Nicté) ni de su encuentro con Canek, sino de una pequeña niña quien se propone a toda costa ser princesa de un pueblo olmeca. Para lo cual decide engañar a los suyos sin darse cuenta de todo lo que tendrá que pasar por el largo camino que la lleve a su objetivo. El guión es de Omar Mustre y Antonio Garci (guionistas también de La Leyenda de la Nahuala), Mike Kunkel funge como asesor artístico, y desde luego Ricardo Arnaiz como director y productor, y algunas de las voces de los personajes estarán a cargo de gente experimentada como Jorge Arvizú “El Tatá”, Eduardo Manzano “Polivoz” y Regina Orozco.
No podemos decir que este nuevo largometraje de Animex 2D será un éxito o la cinta que hará despuntar a la animación nacional, pero al menos el teaser muestra un diseño de personajes muy similares a los de Maya, proyecto emprendido por el estudio antes de su primer largometraje y una animación ágil que invita al público a asistir a la sala cinematográfica. Aunque en realidad habrá que ver la cinta en su totalidad y la forma en que el estudio ha manejado todos los elementos que involucra una animación de calidad.
Esperamos que la película deje un buen sabor de boca entre el público y entre todos aquellos que gustan de hacer y consumir animación. Y que La Leyenda de la Nahuala (con todo lo bueno y lo malo que tuvo) quede atrás para dar paso a una producción más ambiciosa, con más objetivos.
Para nosotros, Ricardo Arnaiz es uno de los pocos personajes que puede comenzar a darle forma al largo camino que le espera a la animación mexicana, un personaje que de tener el presupuesto adecuado para una producción de esta índole, ofrecería un producto bastante competitivo internacionalmente. Y si a eso le agregamos una historia sólida, los cimientos de una verdadera industria podrían comenzar a levantarse. Sí, quizá somos obstinados, pero Ricardo Arnaiz y Animex 2D, con los elementos precisos, podrían dar mucho de qué hablar.
Por el momento, es todo. Hata la próxima y... ¡Anímense a opinar!