martes, 30 de diciembre de 2008

Bill Meléndez: El mexicano que animó a los Peanuts




Por María CelesteVargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)





Nunca es tarde para rendir honor a quien honor merece. Y aunque ya han pasado más de tres meses desde el fallecimiento de Bill Meléndez, no queremos dejar de hablar de este talentoso artista mexicano que forjó su lugar dentro de la historia de la animación mundial en los Estados Unidos.
Pocos saben que el 15 de noviembre de 1916 nació en Hermosillo, Sonora, un niño que fue bautizado con el nombre de José Cuauhtémoc Meléndez... Nombres más mexicanos, imposible. La familia Meléndez no era pudiente, así que varios miembros del clan, entre ellos José Cuauhtémoc, tuvieron que emigrar al cercano país gringo en busca del multimentado “sueño americano”. Desde muy joven, José Cuauhtémoc se afianzó en los Estados Unidos y comenzó a buscar formas de vida y sustento (situación que no ha cambiado: en la actualidad, muchos compatriotas siguen emigrando al país del norte para tener algo mejor que lo que su país les ofrece).
Lo que en realidad le gustaba a José Cuauhtémoc era el dibujo. Y, teniendo un talento natural para el mismo, muy pronto encontró trabajo como animador nada menos que en los estudios Disney, los más fuertes de la primera mitad del siglo XX. Y así, nuestro personaje, quien cambió su nombre a “Bill”, colaboró en filmes clásicos como Bambi, Dumbo, Fantasía y Pinocho, así como en los cortometrajes de Mickey Mouse y el Pato Donald.
Meléndez fue de los pocos artistas mexicanos que podían jactarse de haber trabajado en todos los estudios de animación más reconocidos de los Estados Unidos: al salir de Disney, pasó por la Warner Brothers, Playhouse Pictures (donde conoció a algunos animadores también mexicanos que en los años 50 hicieron una vista a ése y otros estudios) y, en especial, la United Productions of America (UPA), la cual revolucionó la forma de hacer dibujos animados (nada más).
A finales de los 50, Meléndez se encargó de la animación para algunos comerciales del auto Falcon de la Ford, en los cuales aparecían los famosísimos personajes de Peanuts: Charlie Brown, Snoopy, Linus, Lucy, Schroeder y compañía. Al creador de los Peanuts, Charles M. Schulz, le gustó tanto el trabajo de Bill, que decidió que, si en el futuro sus personajes eran llevados a la animación, sólo el mexicano podría hacerlo.
Y así fue. En 1965, con el patrocinio de Coca-Cola y apoyado por la poderosa compañía CBS, Meléndez dirigió el primer especial animado de mediometraje para la televisión en el que no se escuchaban “risas grabadas” y el primero en el que se usaron voces de niños reales (no adultos fingiendo) para los personajes: A Charlie Brown Christmas. El especial se estrenó el 9 de diciembre de ese año en la CBS y a partir de entonces se ha retransmitido cada año en casi todos los países del globo.
Está de más mencionar que el programa fue un éxito redondo. A partir de ahí, Bill se asoció con su eterno compañero, Lee Mendelson, y la cadena de triunfos animados ya nunca terminó. Meléndez realizó más de 60 especiales con Charlie Brown como protagonista, además de la serie animada, cuatro largometrajes e incontables anuncios comerciales. Además, era la voz oficial de los personajes más entrañables: Snoopy y Woodstock.
Y aunque a Bill Meléndez se le recordará más por su obra con los personajes de Schulz, también dio vida en pantalla a otras creaciones famosas como el elefante Babar, el gato Garfield, la inefable Cathy de la tira cómica del mismo nombre, así como a la saga de C. S. Lewis, Las crónicas de Narnia (la única versión animada de esta obra literaria fue realizada por Meléndez, aunque hay que reconocer su pobre calidad). Además, dirigió un largometraje poco conocido, titulado Dick Deadeye –or Duty Done, de 1975, una parodia de las operetas de Gilbert y Sullivan. Esta película no fue realizada en los Estados Unidos, sino en Inglaterra, en donde Bill también dejó muestras de su talento.
Es una pena que Bill Meléndez nunca haya realizado ninguna producción animada en su tierra natal. Y no lo hizo no porque no quisiera (en junio del 2005 concedió una entrevista a Excélsior en la que afirmaba estar muy orgulloso de su origen mexicano), sino porque la realidad de la industria de la animación en México nunca se lo permitió.
El 2 de septiembre de este año, José Cuauhtémoc Meléndez falleció en California, Estados Unidos, su patria adoptiva. Pero nada podrá cambiar el hecho de que fue un animador mexicano, que nos ha regalado incontables sonrisas con sus producciones y a quien siempre recordaremos con cariño. Quizá en el otro mundo se haya encontrado con Charles M. Schulz y juntos pasarán la eternidad dibujando y animando a su querido Snoopy.
Hasta la próxima y... ¡Anímense a opinar!